La ambivalencia de la maternidad

La ambivalencia de la maternidad. Lo confieso en ocasiones no tengo ganas de estar con mi bebé. 

Amo profundamente a mi bebé (que cada día es menos bebé) y eso nada lo podrá cambiar. Sin embargo, en ocasiones estoy cansada, enferma, ocupada o simplemente me apetece hacer otra cosa. ¡Y está bien! 

Antes de ser mamá era yo, Esther, una mujer que hacía muchas cosas que nada tenían que ver con la maternidad, ni la crianza. Esa mujer aún vive en mí. Como seguramente te ocurra a ti también.

El otro día una amiga me dijo "hay veces que no quiero jugar con mi bebé, mi vocación no es ser maestra de educación infantil". Y es cierto, las mamás que no somos maestras, seguramente carezcamos de un montón de herramientas, juegos y canciones para estar tanto tiempo con peques. E incluso las que lo sois, ser maestra es tener un horario de empezar y otro de finalizar... La maternidad no tiene horarios, no tiene vacaciones, ni días festivos. La maternidad tiene un momento en que empiezas a ser mamá (para cada una es diferente) y nunca dejas de serlo. Y la prueba es Ada, la mujer que con 98 años se mudó a casa de su hijo Tom de 80 años para cuidar de él. Y lo hizo porque quería, porque podía y porque lo ama incondicionalmente. Y se mudó a una residencia, donde cuidaban de Tom. Porque cuidar de un hijo no es necesariamente entregarse a su cuidado. 

Mujer de 98 años se muda con su hijo de 80 para cuidarlo

A diferencia de lo nos vende el mito de la Virgen María (se dice que es mito por lo de la sagrada concepción, para mí es mito por la abnegación, y la entrega incondicional hacia su hijo y sus cuidados), cuidar y amar a tus hijos es hijas también es:

• Cuidar de tu descendencia también es cuidarse una primero: "cuidarme para cuidar".
• Cuidar de tus peques también pasa por delegar los cuidados, poner la línea del "por aquí no paso", "ahora te toca a tí".
• Cuidar de tus hijas e hijos es respetarse a una misma y los propios límites
• Cuidar de tu familia implica cuidarte primero a tí misma

Porque cuando no delegamos, no nos distanciamos, no descansamos, etcétera, corremos el riesgo de rompernos, de gritar, de enfermar, de entrar en depresión, de... Y dos cosas son seguras: ocurrirá, y no será en el mejor momento posible.

Corresponsabilidad en la crianza del bebé. @Naranxadul

Durante ese tiempo sin bebé, lo echarás de menos y lo seguirás queriendo con locura. Puede que te invada la culpa... Es ¡la ambivalencia de la maternidad!

¿En qué situaciones sientes tú la ambivalencia de la maternidad? Os leo en comentarios. Y si crees que este post puede ayudar a otras mamás, ¡comparte!