La culpa en la maternidad

9/14/2021 12:36:00 p. m.

En estos días, en los que muchos bebes y peques empiezan la escuelita o vuelven al cole, la culpa es seguramente, una continua compañera de mamás y papás en su viaje de crianza y matrescencia.


Normalmente suelo decir que las emociones hay que vivirlas, que están ahí para decirnos algo. Esto ocurre claramente así con las emociones llamadas primarias (alegría, confianza, miedo, sorpresa, tristeza, aversión, ira y anticipación o expectativa). La culpa es una emoción secundaria que surge de mezclar alegría y miedo y como toda emoción secundaria puede estar mal regulada…


Cuando aprendí sistémico, me marcó una frase que nos explicó mi maestro: “la culpa es el precio que hay que pagar por traicionar al sistema”. 


Traicionar al sistema no es necesariamente algo malo. Cuando nos independizamos y salimos del sistema familiar para crear una nueva familia estamos traicionando a nuestro sistema de origen ¡y está bien! ¡Es la esencia de la vida! En la maternidad (y paternidad) hay muchas primeras veces, muchas mini traiciones que marcan evoluciones: la primera vez que se rompe la diada mamá bebé y mamá y bebé se separan, cuando el bebé se aleja de mamá por primera vez por sus propios medios, la primera comida complementaria… cuando mamá se va de casa sola, o vuelve al trabajo, o el peque va a escuelita infantil o con familiares… 


Estas acciones y muchas más forman parte de la vida, y por ello nos dan alegría. Y a su vez nos pueden resultar terroríficas y llenarnos de culpa. Ahora mismo os hablo desde la más completa culpa porque acabo de dejar al peque en la escuelita. Culpa porque lo he dejado, culpa porque él ha preferido ir a la escuelita en lugar de tomar el último chupito de tetita, culpa porque después iremos al fisio pediátrico... Y detrás de estas culpas está el miedo que las alimenta. Miedo a que mi bebé no desarrolle apego seguro, miedo a que pase hambre en la escuelita, miedo a que lo pase mal... Y todo por decisiones que he tomado yo como madre.


¿Por qué las madres nos sentimos culpables? @Dana

Y aquí quizá está una de las claves de la culpa de la maternidad, en que tú, como madre o padre, tomas una serie de decisiones que afectan y pueden condicionar la vida de un ser indefenso, que no puede decidir autónomamente. Y son tus decisiones como mamá las que pueden condicionar la vida de un ser maravilloso, inocente, del que seguramente no puedes estar más enamorada... 


Y es ahí de donde el miedo se nutre, de ese apego como dirían los budistas, ese miedo a la pérdida, a hacerlo mal sobre ese ser indefenso que es tu bebé, tu peque, tu cielo, tu amor.


¡Qué exagerada! Podréis pensar algunos. Y es así, pero la exageración y la idealización son parte del día a día de la maternidad y la crianza, y pueden producir que se desregule la culpa, como comentábamos al principio. ¿Cuántos nacimientos hemos visto en televisión y cine, con la madre postrada en una cama, al que le dan un bebé limpito y con un mes de vida (al menos)? Los bebés no nacen así, o por lo menos, no es la posición más recomendable. Y por supuesto, los recién nacidos, no son los preciosos bebés de las fotos: están arrugados, o con colores raros (rosado, azulado, amarillento...), pueden tener lanugo o pueden estar cubiertos de saludable vernix caseosa. Y como eso, infinidad de ejemplos de situaciones idealizadas sobre la maternidad. Recuperaciones milagrosas en redes sociales, fotos felices y contentos, conversaciones de “y yo mejor” en el parque… que desvirtúan la realidad y nos llevan a la culpa porque “en mi caso no es así”.


Podemos trabajar esa culpa a través del miedo que la provoca. ¿Qué es lo que nos da miedo? ¿qué es lo que realmente nos da miedo? También podemos trabajar la culpa a través de las expectativas, ¿es realista esto que espero? Y con esto, entre otras, trabajamos la culpa desde Esther Mamá Coach tanto en talleres de coaching vivencial como en procesos y programas de coaching ontológico.

Taller de Coaching: Apacigua tu Culpa

Lo importante es no dejar que la culpa nos paralice y nos impida hacer las cosas que queremos o tenemos que hacer. Las emociones, y la culpa no es una excepción, no hay que evitarlas, hay que utilizarlas en nuestro favor.


¿Y tú? ¿Cómo convives con la culpa? ¿Qué te hace sentir culpable? Os leo.



 

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