Otra forma de educar es posible, también en las aulas

7/08/2022 10:07:00 a. m.


Muchos maestros, profesores, educadores o pedagogos lo están pasando mal por no poner foco en su manera de actuar con el alumnado y tratar de corregir comportamientos a base de gritos, insultos o castigos.


De lo que no se han dado cuenta es de que son un ejemplo de comportamiento para su alumnado y que un trato respetuoso y adecuado transmite más conexión y esta es clave.

 

Permíteme darte un ejemplo de una situación que se repite muchas veces en las aulas y centros educativos (y también en las familias). Cuando le gritas a un alumno o alumna seguramente este chaval o chavala te mirará con cara de “lo que tu digas”😒. En ese momento, estás usando la violencia, faltándole al respeto, sin cumplir lo que dices. Y por tanto, estas perdiendo autoridad de persona sabia que traes de primeras ya que no estás cumpliendo lo que dices...


Es un claro ejemplo de "haz lo que digo y no lo que hago".


Como ves, es mucho más fácil tratar de corregir conductas inadecuadas del alumnado desde el ejemplo.


Pero sigo viendo cada día a profesores, maestros. pedagogos o educadores gritando a sus alumnos para que les hagan caso. O usando amenazas y castigos para que tengan motivación... Cuando se ha demostrado científicamente que los premios y los castigos anulan la motivación natural de las personas.


Por eso he creado el método Crianza Plena, para dotar a todos los profesionales de una metodología para corregir malos comportamientos en el aula y fuera de ella sin recurrir a los premios, los castigos, las amenazas, los gritos o la violencia en general. Y para que ganen conciencia de cómo su propio comportamiento influye en el resultado final..


De hecho, el maestro de deportes Máximo, ya ha aprendido que no hace falta gritar a los niños para prepararlos ante un encuentro con una persona gritona. Y que cuando él impone límites en clase y no permite faltas de respeto en la misma, está enseñando a su alumnado a enfrentarse a esa clase de situaciones de encuentros con personas que gritan.


Además, está regalando la oportunidad al alumno que ha gritado de reconocer su error y enmendarlo. Está aceptando que cualquiera se puede equivocar, que no es algo malo, que es una oportunidad para aprender. Y todo esto está llenando el aula de seguridad psicológica que es una pieza fundamental para que fluya la confianza, la innovación y la creatividad


Si quieres que te ayudemos a ti también a corregir los malos comportamientos en el aula (o en otro lugar), respóndeme a este correo o escríbeme por cualquiera de los medios y te daré más detalles sobre todo lo que puedo hacer por ti.

Esther



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